Foto tomada de internet sin ánimo de lucro
La mirada
Vosotros me diréis que acariciar con los ojos
es moneda precaria.
Pero estáis completamente equivocados.
No es moneda siquiera.
Es el más inasible de los vientos.
Pero viento.
Viento que da en las heridas
con emulsiones de sal.
Viento al final de un cansancio
que presagia frondas y fuentes.
Viento de mar y de monte y de meseta.
Viento.