domingo, 22 de noviembre de 2015

Esponsalias



                                                       Buganvillas en el Montiboli, Villajoyosa. Foto MEstrada


Esponsalias

Estoy aquí, mirad,
como árbol numeroso,
varado en este mar de buganvillas,
curtido por la sal
y por los vahos del romero.

¿Podéis oír mis silbos?

Subid al malecón, templad la vista.
¿No veis mi corazón en los tendales,
mi verso en las sirenas y el naranjo,
mi hálito en la cofa?

Oíd, soy viento
solícito y amante,
ascendido a la luz y a las espumas,
nacido a los almendros y a su blanca mirra,
anclado en el cantil
donde el rocío se diluye
y el témpano fenece.

¿Me oís, palmeras, algas,
telúricas raíces, pulpas
de baya litoral?
¿Me habéis reconocido, estibadores,
hermanos de la lonja y la almadraba?
Subid al malecón, templad de nuevo
la vista, recorred el mástil…

¿No veis ese empedrado de gaviotas
con sus alas de dulce botadura?
¿No veis que –sueltas las amarras-
se han abierto la dársena y los puentes?

¿No veis, en fin,
la albórbola nupcial, la absenta
derramada en la amura de estos versos?

Del libro Desde la flor del almendro (1995)


Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios

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